miércoles, 20 de mayo de 2015

Afición


LA AFICIÓN


El Sevilla FC es su gente y eso es algo que ha quedado demostrado en innumerables ocasiones en sus más de 105 años de historia. En el Sánchez Pizjuán siempre se ha respirado una solera especial, que incluso durante muchos años fue reclamada para sí por la propia selección española, que jamás ha caído en el estadio sevillista, siendo su único feudo inexpugnable, hasta el punto de calificar la Real Federación Española de Fútbol al público de Nervión como jugador número doce del combinado nacional, colocando un significativo azulejo en el mosaico de Preferencia.
El Sevillismo es exigente, pero su espíritu crítico siempre es positivo y consecuente: el sevillista pide hasta donde humanamente es posible y siempre arrima el hombro en los momentos delicados. Disfruta, pero sabe sufrir, porque en la segunda mitad del siglo XX ha apoyado de forma incondicional a un equipo que no logró un solo título en esa época y sufrió varios descensos… Sin embargo, las palmas jamás dejaron de tronar en el Ramón Sánchez Pizjuán, ni tampoco el orgullo por pertenecer a un sentimiento, que más que una condición futbolística, implica una forma de vida en la capital de Andalucía.
La afición nervionense ha disfrutado como casi nunca en los últimos años. Hizo de la colina de Gelsenkirchen un pequeño infierno rojo que llevó el autobús del equipo en volandas hasta el Veltins Arena, colapsó la feria de arte y pasión tras el mágico empalme de Antonio Puerta, festejó como nunca el sabor de la gloria de Eindhoven, disfrutó con el triplete increíble de la siguiente campaña y dio la cara años después en el Camp Nou a más de mil kilómetros de Nervión y en inferioridad de condiciones frente a los aficionados del Atlético de Madrid, contagiando de un espíritu indomable a los jugadores hacia la victoria del último título copero, el quinto de la Entidad. En su haber está el desplazamiento más masivo de una hinchada para un partido: nada menos que 80.000 sevillistas viajaron a Madrid con motivo de la final de copa de 2007 en el Bernabéu entre el Sevilla y el Getafe. Más de tres cuartas partes del coliseo sevillista fueron ocupadas por la parroquia nervionense.  


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